El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado decisiones en las últimas semanas que evidencian el estado en el que quiere dejar la política exterior antes de que Donald Trump asuma su segundo mandato. Si días atrás hubo tensiones con Rusia por haber autorizado a Ucrania usar el Sistema de Misiles Tácticos de Largo Alcance del Ejército estadounidense (ATACMS, siglas en inglés) contra territorio ruso, ahora ordenó nuevas restricciones para evitar que China acceda a productos que le sirven para la fabricación de semiconductores.
El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado decisiones en las últimas semanas que evidencian el estado en el que quiere dejar la política exterior antes de que Donald Trump asuma su segundo mandato. Si días atrás hubo tensiones con Rusia por haber autorizado a Ucrania usar el Sistema de Misiles Tácticos de Largo Alcance del Ejército estadounidense (ATACMS, siglas en inglés) contra territorio ruso, ahora ordenó nuevas restricciones para evitar que China acceda a productos que le sirven para la fabricación de semiconductores.
La Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de EE. UU. detalló las prohibiciones a la exportación de 24 tipos de equipos para la fabricación de chips y tres categorías de software esenciales para el desarrollo de semiconductores. La respuesta fue inmediata con el Ministerio de Asuntos Exteriores de China acusando a Washington de “abusar de los controles de exportación para bloquear y reprimir maliciosamente” al gigante asiático. (Ver: Comercio refuerza controles de exportación para restringir capacidad de China de producir semiconductores avanzados para aplicaciones militares).
Es razonable la molestia de China por la decisión de Biden. China es el tercer país en el ranking mundial en la fabricación de semiconductores, pero todavía depende de tecnologías extranjeras paras los procesos más avanzados de la producción. El mercado global de fabricación de chips está valorado en aproximadamente 573.000 millones USD en 2023 y se espera que alcance cerca de 1 billón USD para el 2030, debido al crecimiento de sectores como la inteligencia artificial o dispositivos electrónicos avanzados, ya que estas piezas son la columna vertebral de artefactos como computadoras, teléfonos y vehículos.
Si hay algo que destacar, es que la Administración Biden había tomado previamente medidas para tratar de impedir que Pekín amplie sus capacidades en la fabricación de microchips y en el uso de la IA en la industria militar. A la vez, invirtió en la producción local para evitar depender de dichas exportaciones. Sin embargo, está última decisión del mandatario demócrata llega luego de una serie de órdenes que tensan más la cuenta con principales enemigos de Estados Unidos. (Ver: EEUU prohíbe inversiones en tecnologías clave chinas por amenazar “seguridad nacional”).
Como se indica en el medio South China Morning Post, con sede en Hong Kong, las nuevas prohibiciones “marcarán una importante escalada en la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China desde octubre de 2023, cuando la administración Biden endureció las restricciones a las exportaciones introducidas en 2022 dirigidas a la industria de semiconductores del continente”. De manera que cabe preguntarse, ¿el gobierno de Biden espera dejar mayores problemas geopolíticos y comerciales a la venidera Administración Trump? (Ver: Guerra tecnológica: nuevas sanciones estadounidenses a los chips asestan un nuevo golpe a la iniciativa de autosuficiencia de China).
Si bien Donald Trump llega con una agenda más proteccionista, como su rechazo a los BRICS por su plan de desplazar al dólar estadounidense. O la imposición de nuevos aranceles a China si no cierra el grifo a los fabricantes de precursores de fentanilo (los cuales venden a carteles mexicanos para que estos comercien la droga en EE. UU.), lo cierto es que desde el régimen de Xi Jimping no parecen tan preocupados por eso como sí lo están por las medidas de Biden relacionadas con la industria de los semiconductores.
Falta ver qué hará la Administración Biden-Harris en los próximos días que resta antes de que abandonen la Casa Blanca, teniendo en cuenta que desde Corea del Norte y Rusia están cada vez más apegados a la idea de iniciar una “guerra nuclear destructiva” si Washington devuelve a Ucrania las armas nucleares que fueron arrebatadas tras la caída de la Unión Soviética, como estaría evaluando el mandatario saliente, según funcionarios estadounidenses.