Reporteros sin Fronteras (RSF) publicó su informe titulado “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024: El periodismo, bajo las presiones políticas”. China ocupa uno de los últimos puestos, 172 entre 180 países y regiones, y se mantiene como el país que más encarcela a los periodistas en el mundo. “Además de detener a más periodistas que ningún otro país del mundo”, el régimen chino “sigue ejerciendo un estricto control sobre los canales de información, aplicando políticas de censura y vigilancia para regular los contenidos en línea y restringir la difusión de información considerada delicada o contraria a la línea del partido”, sostiene Reporteros sin Fronteras, organización no gubernamental internacional con sede en París.
CruzadaInformativaReporteros sin Fronteras (RSF) publicó su informe titulado “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024: El periodismo, bajo las presiones políticas”. China ocupa uno de los últimos puestos, 172 entre 180 países y regiones, y se mantiene como el país que más encarcela a los periodistas en el mundo. (Ver: Clasificación mundial de la libertad de prensa 2024: El periodismo, bajo las presiones políticas).
“Además de detener a más periodistas que ningún otro país del mundo”, el régimen chino “sigue ejerciendo un estricto control sobre los canales de información, aplicando políticas de censura y vigilancia para regular los contenidos en línea y restringir la difusión de información considerada delicada o contraria a la línea del partido”, sostiene Reporteros Sin Fronteras, organización no gubernamental internacional con sede en París, dedicada a salvaguardar la libertad de información, según el informe.
El informe también señala que “China es el mayor carcelero de periodistas del mundo, con más de 100 detenidos en la actualidad”.
En comparación con el puesto 179 que ocupaba el año pasado (el penúltimo), la clasificación de China este año se elevó; sin embargo, el informe indica que la única razón de este ligero movimiento en alza en la clasificación es el deterioro de la situación en otros países y regiones, como Afganistán, ahora controlado por los talibanes, más que de alguna mejora en China.
La clasificación de la libertad de prensa de Hong Kong, controlada por el régimen chino, también se elevó ligeramente este año, hasta el puesto 135, superior al 140 que ocupaba en 2023. Sin embargo, su puntuación en libertad cayó 1.8 puntos desde los 44.86 del año pasado “debido a un aumento de la persecución de periodistas en virtud de la ley de seguridad nacional impuesta por Beijing en 2020”, explica el informe.
“Las alzas de algunos países en el Índice son engañosas en la medida en que sus puntuaciones cayeron y las subidas en el Índice fueron el resultado de las caídas de países que anteriormente estaban por encima de ellos”, añade el informe.
El medio PEN América de Nueva York, a su vez, publicó su informe titulado “Índice de Libertad para Escribir 2023”. (Ver: Índice de libertad para escribir 2023).
El informe, publicado el 01 de mayo, indicó que China también sigue siendo el principal carcelero de escritores e intelectuales públicos del mundo. “En 2023, China superó los 100 casos, encarcelando a 6 escritores durante el año, sumando un total de 107. Del total de escritores, 9 son mujeres”.
Entre los 107 escritores encarcelados, 50 eran comentaristas en línea que publicaban sus opiniones sobre diversos temas sociales, políticos y económicos en plataformas de medios sociales. Según el informe, el gobernante Partido Comunista Chino (PCCh) recurre a la vaga acusación de “buscar pelea y provocar problemas” para detener y encarcelar.
La periodista y escritora Sheng Xue, residente en Canadá, declaró al medio The Epoch Times que las cifras publicadas por estas organizaciones internacionales son solo las pocas que se filtran al mundo exterior bajo el férreo control de la información que ejerce el PCCh.
“Nadie sabe cuántos periodistas chinos han sido perseguidos hasta la muerte, cuántos han sido detenidos en secreto, condenados, perseguidos y torturados”, declaró Sheng. “Todo el sistema del PCCh es un régimen terrorista de Estado, lo que significa que no solo el comité central del PCCh es un sistema autocrático y autoritario, sino que todos los niveles de su poder funcionan igual que un régimen dictatorial y tiránico. Por lo tanto, es imposible que el mundo exterior conozca muchos incidentes. Es difícil recopilar estadísticas. Para ser sincero, ni siquiera el líder del PCCh Xi Jinping lo sabe”.
“Creo que China es definitivamente el país donde la libertad de prensa y la libertad de expresión están más severamente perseguidas en el mundo”, agregó Sheng. “Su sistema político le permite llegar a tal extremo”.
Lai Jianping, abogado chino de derechos humanos que reside actualmente en Estados Unidos, declaro también al medio The Epoch Times que la libertad de prensa y la libertad de expresión en China, incluido Hong Kong, en realidad están disminuyendo y deteriorándose.
“La razón por la que el PCCh sigue endureciendo su control sobre la libertad de expresión se debe principalmente a que se enfrenta a crisis políticas, sociales y económicas cada vez más profundas y sin precedentes. Su estatus gobernante está amenazado y quiere mantener la dictadura de partido único y la dictadura unipersonal. Por lo tanto, sigue reforzando su control sobre todos los aspectos de la vida social. De modo que reprimir la libertad de expresión y la libertad de prensa son prioridades absolutas para el PCCh y son los aspectos más importantes de la vida social que necesita controlar”, explicó Jianping.
Los periodistas ciudadanos chinos también han sido objeto de la represión y persecución del régimen chino.
La periodista ciudadana china Zhang Zhan, fue condenada a cuatro años de prisión por informar acerca del brote del COVID-19 en Wuhan en 2020. Su sentencia se cumplirá el 13 de mayo. En un comunicado de prensa del mes pasado, el RSF instó a la comunidad internacional a prestar atención y presionar a Beijing para que la periodista recupere plenamente su libertad. Zhang fue galardonada con el Premio al Coraje 2021 de RSF.
Fang Bin, periodista ciudadano de Wuhan, lleva un año en libertad, pero sigue siendo víctima de acoso por parte de las autoridades del PCCh. Actualmente, se enfrenta al desahucio y le han cortado la energía eléctrica y el agua a la residencia, mientras la policía de Wuhan presiona a su casero. Es posible que pronto Bin se vea obligado a vivir en la calle.
Durante el brote del COVID-19 en Wuhan de 2020, Bin publicó sus informes en video en las redes sociales revelando el enrome número de muertes en ese momento, lo que atrajo una amplia atención internacional. Más tarde, fue detenido por la policía local y condenado a tres años de prisión por “buscar pelea y provocar problemas”.
“Los periodistas ciudadanos son un eslabón básico en todo el ecosistema de la libertad de prensa. No solo se reprime la libertad de expresión y la libertad de prensa de los medios de comunicación oficiales chinos y de los periodistas oficiales, sino que también se reprime, e incluso más gravemente, a los periodistas ciudadanos privados”, declaró Lai.
”Cada vez hay menos ámbitos en los que puedan informar e intervenir, y casi no hay espacio para ellos. Como el PCCh quiere monopolizar todo el sistema discursivo y el derecho al discurso, básicamente no hay espacio para que los periodistas ciudadanos sobrevivan”, añadió Bin.
Por su parte, Sheng afirmó que, en este momento, “ya no hay periodistas ciudadanos en China. Cuando hablamos de libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de los medios de comunicación, etc. en China, el Partido Comunista ya nos ha dado la mejor respuesta al declarar que los medios de comunicación son los portavoces del PCCh”.
