No importa quién gobierne en Alemania, si la Unión Demócrata Cristiana (CDU) o el Partido Socialdemócrata (SPD), ambas están empeñadas en aplicar el discurso de la “calentología”, no sólo a sus ciudadanos, sino también fuera de sus fronteras, con el resto del mundo. En la COP28, el canciller Olaf Scholz y la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, Ambos de Alemania y exministros de Angela Merkel, mencionaron juntos la necesidad de detener el cambio climático. Y para ello hace falta mucho dinero.
No importa quién gobierne en Alemania, si la Unión Demócrata Cristiana (CDU) o el Partido Socialdemócrata (SPD), ambas están empeñadas en aplicar el discurso de la “calentología”, no sólo a sus ciudadanos, sino también fuera de sus fronteras, con el resto del mundo.
En la COP28, el canciller Olaf Scholz (socialista) y la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen (democristiana), Ambos de Alemania y exministros de Angela Merkel, mencionaron juntos la necesidad de detener el cambio climático. Y para ello hace falta mucho dinero.
Von der Leyen expresó en la red social X (antes Twitter): ”En materia de financiación climática, tenemos que pasar de miles de millones a billones. Para llegar allí, necesitamos nuevas fuentes de ingresos. Nuevos impuestos, bonos verdes y, por supuesto, fijación del precio del carbono. Y necesitamos, más que nunca, asociaciones sólidas, como la de Global Gateway”.
In climate finance, we have to move from billions to trillions.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) December 2, 2023
To get there, we need new sources of revenues.
New levies, green bonds and of course - carbon pricing.
And we need, more than ever, strong partnerships, like with Global Gateway.
¿De dónde saldrá todo ese dinero? Evidentemente que, de los ciudadanos de la Unión Europea, personas obligadas a sacrificarse.
En Dubai, Von der Leyen anunció un colosal aumento de impuestos y de deuda pública con la excusa de que serán “verdes”. (Ver: Von der Leyen aboga por "nuevas fuentes de ingresos" para aumentar financiación climática).
Y todavía hay europeos que se sorprenden con el triunfo notable del partido antiglobalista de Geert Wilders en Holanda. (Ver: Países Bajos: Triunfo de la derecha antiglobalista, el Partido por la Libertad de Geert Wilders obtiene una importante victoria de representación para la cámara baja del Parlamento).
Los discursos repetidos y los eslóganes de propaganda siempre chocan con la realidad. Cuando se daba comienzo a la COP28, una tormenta de nieve en Centroamérica paralizó varios aeropuertos importantes como el de Múnich. Al evento de la COP28 acudieron cerca de 70.000 delegaciones, que han provocado una enorme huella de carbono gracias a sus desplazamientos.
El aeropuerto de Dubái recibió decenas de aviones privados, en los que viajaron los mismos personajes que pretenden quitarnos el automóvil y avión a nosotros. (Ver: Los límites del humor: El rey Carlos III vuela a la conferencia climática COP28 y declara que debemos cambiar nuestras costumbres).
La hipocresía verde no solo se limita al satírico uso de jets privados, sino que abarca todo un sistema. Resulta que los paladines del globalismo, los alemanes, y su “descarbonización”, son los únicos que quieren calentar sus casas, iluminar sus calles y mantener sus fábricas, sus trenes y autos eléctricos gracias a la quema de carbón; al igual que los chinos.
El éxito de la transición energética en Alemania.
— The Good MAFO (@fdezordonez) December 8, 2023
Quemando carbón como locos y emitiendo casi 10 veces más que Francia. pic.twitter.com/a941GTKl76
El 08 de diciembre en Alemania, el carbón dobló los Gigawatios (GW) generados por la segunda fuente de energía, el gas natural. La tercera es la eólica.
En Francia, donde la primera fuente es la nuclear, el CO2 generado es casi 10 veces inferior que en Alemania. En China, más de la mitad de la energía se genera por el carbón. Aunque Alemania aún no llega a ese porcentaje, no van a dejar de quemar carbón al menos mientras continue la guerra en Ucrania.
El petróleo, el carbón y el gas natural continúan siendo las tres principales fuentes de energía en el mundo, los tres condenados por la Unión Europea.