Los niños que recibieron la vacuna contra el Covid-19 se enfrentan a un mayor riesgo de acontecimientos adversos, incluido la inflamación de ganglios linfáticos, según informaron investigadores de Noruega en un nuevo estudio. Las vacunas como Moderna y Pfizer-BioNTech en niños desde 12 años en adelante, se relacionan con mayores riesgos de choque alérgico grave, linfadenopatía e inflamación cardíaca, muestra el documento.
Los niños que recibieron la vacuna contra el Covid-19 se enfrentan a un mayor riesgo de acontecimientos adversos, incluido la inflamación de ganglios linfáticos, según informaron investigadores de Noruega en un nuevo estudio.
Las vacunas como Moderna y Pfizer-BioNTech en niños desde 12 años en adelante, se relacionan con mayores riesgos de choque alérgico grave, linfadenopatía e inflamación cardíaca, muestra el documento. Los investigadores también incluyeron a personas de hasta 19 años.
En el subanálisis, se detectó también un mayor riesgo de apendicitis aguda, epilepsia y convulsiones.
Los investigadores analizaron a los adolescentes nacidos entre el 2002 y 2009 que recibieron la vacuna contra el COVID-19 en 2021 o 2022. Excluyeron a los niños que recibieron una vacuna recientemente y a aquellos que sufrieron uno de los problemas de salud en los cuatro años anteriores a la vacunación.
La población que sirvió para el estudio fue casi de 500.000 niños.
A continuación, los investigadores analizaron los datos del Registro Noruego de Preparación para Emergencias para el Covid-19, que incluye las vacunaciones y los encuentros de atención sanitaria, para ver si alguno de los resultados estaba asociado con la vacunación.
El análisis principal consistió en aplicar un modelo conocido como regresión de Poisson, usado para estimar si existía un mayor riesgo de un resultado como la inflamación cardíaca entre los vacunados, tomando como referencia a los niños no vacunados.
Los investigadores descubrieron que los niños que recibieron la vacuna contra el Covid-19 presentaban cinco veces más probabilidades de sufrir una reacción anafiláctica, o shock alérgico grave, tras una primera dosis, y casi 10 veces más probabilidades de sufrir en shock tras una segunda dosis.
El aumento de los riesgos se produjo en un plazo de dos días. Esa fue identificada como la ventana de riesgo, o el periodo más probable en el que las personas vacunadas se enfrentan a un desenlace, para el shock, basándose en datos de la Organización Mundial de la Salud y otros organismos.
Los niños vacunados también presentaban 2.5 veces más probabilidades de sufrir linfadenopatía en los 14 días siguientes a una segunda dosis y siete veces más probabilidades de sufrir miocarditis y/o pericarditis, o inflamación del corazón, en los 28 días siguientes a una segunda dosis, según los resultados del análisis principal.
Los ensayos clínicos de fase tres de las vacunas detectaron a un mayor riesgo de linfadenopatía entre los participantes de 16 años o más.
cuando los investigadores ampliaron las ventanas de riesgo en un análisis suplementario, también hallaron un mayor riesgo de apendicitis aguda tras una primera y segunda dosis junto a un mayor riesgo de parálisis del nervio facial. Los subanálisis estratificados por edad también descubrieron un mayor riesgo de epilepsia y convulsiones entre los jóvenes de 18 y 19 años en los 28 días siguientes a la segunda dosis de la vacuna, la ventana de riesgo, y un mayor riesgo adicional fuera de las ventanas de riesgo para algunos otros problemas de salud.
”El conocimiento de los posibles efectos adversos tras la vacunación es crucial para sopesar los beneficios frente a los riegos y para las futuras recomendaciones sobre vacunas”, escribieron Germán Tapia, del Instituto Noruego de Salud Pública, y sus coautores, y añadieron que, “el número de resultados observados y las asociaciones estadísticamente significativas fueron, en general, bajos en este estudio, con algunas excepciones que deberían ser objeto de mayor seguimiento”.
Los autores señalaron que deberían realizarse más estudios para analizar los efectos adversos de la vacunación en los niños.
Se especulaba que los conflictos de interés declarados incluían la financiación de varios autores para otros trabajos de algunas empresas farmacéuticas, incluidas Novo Nordisk y AstraZeneca. Al respecto, los autores no declararon ninguna financiación.
Pfizer y Moderna no devolvieron las solicitudes de comentarios.
A continuación le compartimos el estudio completo: