La audiencia se centró en los recientes estudios donde se encontró ADN bacteriano en numerosos viales de vacunas de Moderna y Pfizer. La contaminación consiste en lo que se conoce como plásmidos de ADN (moléculas circulares de ADN que se encuentran en bacterias y otros microorganismos).
El 09 de octubre del presente año, un panel internacional de médicos expertos junto con el Consejo Mundial para la Salud (WCH), discutió la mezcla previamente no revelada de material genético encontrada en las vacunas contra el Covid-19 recientemente. (Ver: Panel de expertos del WCH encuentra contaminación del ADN que promueve el cáncer en las vacunas Covid-19)
La reunión se llevó de manera virtual contando con la participación de médicos, académicos e investigadores de Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia y Australia.
La evidencia llevó al panel a pedir una “moratoria inmediata sobre estas nuevas ‘vacunas’ genéticas”.
Los viales genéticamente contaminados en cuestión son aquellos fabricados con tecnología de ácido ribonucleico mensajero (ARNm), que incluye a productos de Moderna, BioNTech y Pfizer. Se encontró diferentes secuencias genéticas no declaradas en los viales de Moderna y Pfizer, pero solo en esta última se halló una secuencia particular.
Aunque se autorizó la fabricación de otras vacunas que emplean diferentes métodos de protección inmunológica para combatir el Covid-19, las fabricadas con tecnología de ARNm han sido la opción más elegida por los reguladores y siguen siendo la opción más usada por las personas. (Ver: Número de dosis de la vacuna COVID-19 administradas en los Estados Unidos al 26 de abril de 2023, por fabricante de la vacuna).
Las inyecciones funcionan programando el ARNm del cuerpo para producir una proteína de pico similar al virus SARS-coV-2. La ventaja de esta tecnología es el entrenamiento del sistema inmunológico para que reconozca una amenaza viral específica sin exponer el cuerpo a los peligros de una infección mortal.
Lamentablemente, a pesar de contar con la aprobación de los reguladores y la aceptación pública de las vacunas contra el Covid-19, existen investigaciones que sugieren que las vacunas de ARNm hacen más que modificar temporalmente el ARN del cuerpo y que incluso pueden alterar el ADN. (Ver: Transcripción inversa intracelular de la vacuna de ARNm BNT162b2 de Pfizer BioNTech COVID-19 in vitro en una línea celular de hígado humano).
Las empresas farmacéuticas, los verificadores y las agencias de salud han cuestionado esta preocupación. Según un comunicado de los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, explica que “el ARNm de una vacuna contra el Covid-19 nunca ingresa al núcleo de la célula, que es donde se guarda nuestro ADN. Esto significa que el ARNm no puede afectar ni interactuar con nuestro ADN de ninguna manera. En cambio, las vacunas de ARNm contra el COVID-19 funcionan con las defensas naturales del cuerpo para desarrollar inmunidad a las enfermedades de forma segura”.
El Departamento de Salud y Servicios de Estados Unidos presentó un video que se ocupa directamente de esta preocupación: “Lo que hace la vacuna es simplemente ayudar al cuerpo a hacer lo que hace naturalmente”, menciona en el video la Dra. Janice Blanchard y agrega “No se trata de hacer nada diferente. No se trata de cambiar quién eres. No se trata de cambiar tu ADN. Simplemente te ayuda a producir estos anticuerpos. Y los anticuerpos son los que produce cuando ya te enfermas. Creas anticuerpos específicos para combatir diferentes tipos de enfermedades… Así que esto sólo te está ayudando a producir un anticuerpo que combatirá el Covid-19”.
En la página de su sitio web que aborda sobre información errónea sobre salud. La empresa Pfizer afirma: “No, las vacunas ARNm no alteran su ADN. De hecho, no interactúan directamente con su ADN en absoluto”.
Para la audiencia de la WCH, consideran que puede haber más cosas ocultas en las vacunas ARNm de lo que se conoce por el público y los reguladores.
La audiencia se centró en los recientes estudios donde se encontró ADN bacteriano en numerosos viales de vacunas de Moderna y Pfizer. La contaminación consiste en lo que se conoce como plásmidos de ADN (moléculas circulares de ADN que se encuentran en bacterias y otros microorganismos). El descubrimiento incluso lleva su propia etiqueta en redes sociales como #plasmidgate.
”Esto no se ha declarado en absoluto, es completamente ilegal e incluye secuencias para cosas distintas a la proteína de pico” dijo el especialista en medicina de emergencia y moderador de la audiencia, Dr. Mark Trozzi. “Este es un problema muy serio y no creo que sea de ninguna manera hiperbólico hablar de la invasión genética a personas inocentes sin su conocimiento”, agregó.
Hasta el momento, varias investigaciones han demostrado la presencia de plásmidos en viales de ARNm, sin embargo; en un descubrimiento inicial de esta contaminación genética se dio de forma casual a principios de este año con un proyecto de investigación que nada tenía que ver con la vacuna contra el Covid-19.
El fundador de Medicinal Genomics y líder del equipo del Proyecto Genoma Humano, Kevin McKernan, se encontraba realizando un experimento en su laboratorio de Boston para descubrir cómo un viroide estaba provocando una enfermedad viral en los campos de cannabis.
McKernan junto a su equipo analizaron las vacunas ARNm diseñadas para el Covid-19 como grupo de control positivo para el proyecto. Lo que en el proceso encontraron fue que había ADN en viales que, según se dijo al público, no contenían ADN.
Sorprendidos con el descubrimiento, McKernan realizó un segundo análisis en otro conjunto de viales donde se obtuvo el mismo resultado, todos contenían fragmentos de ADN plasmídico. Concluyó que los viales presentaban de 18 a 70 veces más contaminación de ADN de los permitido tanto por la Agencia Europea de Medicamentos como por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
El Sr. McKernan explicó durante la audiencia que había secuestrado un ácido nucleico en viales de Moderna y Pfizer donde descubrió que el 35% era ADN de plásmidos bacterianos. Desde entonces, sus hallazgos fueron confirmados por otros laboratorios, incluidos los de Estados Unidos, Francia, Alemania y Japón, con un reciente estudio del virólogo molecular David Speicher y su equipo quienes identificaron ADN no informado en los 24 viales analizados. (Ver: La secuenciación de las vacunas bivalentes de ARNm de Moderna y Pfizer revela cantidades de nanogramos a microgramos de ADNbc del vector de expresión por dosis).
”Para ser claros, no debería haber ningún ADN presente en los viales”, enfatizó McKernan.
Es cierto que las fórmulas de composición de las vacunas han cambiado desde el inicio de su lanzamiento conforme era necesario para abordar nuevas variantes. Sin embargo, todas las inyecciones, tanto los monovalentes como las bivalentes de Moderna y Pfizer, han dado positivo en cantidades considerables de plásmidos bacterianos.
Los documentos que los fabricantes que los reguladores usaron para otorgar la aprobación de las vacunas ARNm, no mencionan nada acerca de los plásmidos bacterianos, lo que condujo a McKernan a considerar que una vez que se completaron los ensayos, los fabricantes de medicamentos distribuyeron vacunas con fórmulas diferentes.
”Este es un gran cebo y cambio”, dijo McKernan, “Esos no son los viales que se ofrecieron al público”.
En particular, un contaminante genético encontrado por el Sr. McKernan (y confirmado por otros investigadores) que preocupa, es el llamado SV40 (virus simio 40). El SV40 se usa ampliamente en experimentos genéticos para unir factores de transcripción e impulsar cualquier ADN adherido al núcleo de una célula.
”De hecho, es una herramienta muy utilizada en terapia genética. Si se quiere introducir ADN en el núcleo, esta es la lanzadera que se utiliza para conseguirlo”.
Luego de este descubrimiento, el equipo de McKernan publicó sus métodos de secuenciación para permitir que otros investigadores encuentren la contaminación más rápido de lo que el proceso tradicional de revisión por pares permite. Se diseñó tres ensayos diferentes: El primero que apunta al origen bacteriano de replicación dentro del plásmido, el segundo que apunta a la proteína de pico y el tercero para rastrear la presencia de SV40.
Para los críticos, en el análisis de McKernan se utilizaron viales caducados. Sin embargo, otros investigadores corroboraron el descubrimiento de McKernan encontrando el mismo material genético en muchos viales que aún no han caducado.
Los primeros investigadores en replicar los hallazgos de McKernan y su equipo, fueron de Japón. Otra reproducción más cuantitativa vino de un profesor de la Universidad de Carolina del Sur, Phillip Buckhaults, quien se especializa en la investigación de la genómica del Cáncer. Durante una audiencia en septiembre ante el Comité de Asuntos Mpedicos de Senado de Carolina del Sur, el Sr. Buckhaults testificó cobre sus conclusiones.
”Es sorprendente que haya ADN allí”, dijo Buckhaults donde agregó, “y estoy alarmando por las posibles consecuencias de esto, tanto en términos de salud humana como de biología. Pero debería alarmarle el proceso regulatorio que les permitió llegar allí”.
¿Cómo llegaría el ADN a los viales de la vacuna? Para Buckhaults, este ADN plasmático fue el vector que se utilizó como plantilla para la reacción de transcripción in vitro para producir el ARNm. ”Sé que esto es cierto porque lo secuencié en mi propio laboratorio”, dijo
Ya que se descubrió que los viales contenían pequeños fragmentos de ADN (cerca de 200 mil millones de fragmentos de ADN plasmático en cada dosis de las vacunas Pfizer), el Sr. Buckhaults considera que, durante el proceso de fabricación, los plásmidos de ADN simplemente fueron cortados en un esfuerzo por desaparecerlos.
”Pero en realidad aumentaron el riesgo de modificación del genoma”, dijo. “Esta es una preocupación teórica, pero es bastante razonable, según la biología molecular sólida, que podría causar un ataque autoinmune sostenido hacia ese tejido. Y también es un riesgo teórico muy real de cáncer en el futuro en algunas personas”.
Según Pfizer, tal preocupación carece de fundamentos. En una carta dirigida al Comité de Asuntos Médicos del Senado de Carolina del Sur del 16 de octubre, la vicepresidente senior y directora científica de investigación y desarrollo de vacunas Pfizer, Annaliesa Anderson, afirmó que era incorrecto decir que una vacuna que contiene ADN plasmídico podría potencialmente afectar el ADN de una persona y ser un riesgo teórico de cáncer. (Ver: Carta de Annaliesa Anderson dirigido al Comité Comité de Asuntos Médicos del Senado de Carolina del Sur).
”No hay evidencia que respalde estas afirmaciones y existe el riesgo de que los miembros del Comité y/o público en general las malinterpreten”, escribe la directora Anderson. “Se pueden encontrar pequeñas cantidades de ADN residual en varias vacunas aprobadas, incluidas las vacunas contra la influenza y la hepatitis, que han administrado en todo el mundo durante más de 30 años”.
Antes de que se lanzara al público las inyecciones de ARNm contra el Covid-19, las agencias de salud pública decidieron cambiar la definición de vacuna para dejar espacio al nuevo producto. Algunos expertos consideran que las inyecciones de ARNm no deberían llamarse vacunas, debido a que difieren ampliamente de las inoculaciones tradicionales.
Dadas las pruebas posteriores a la comercialización que demuestran que el ARNm viaja a través de la leche materna de una madre inyectada a su bebé lactante, existe un impulso por renombrar las inyecciones de ARNm como terapias genéticas en lugar de vacunas.
En la audiencia del WCH, la bióloga, bioquímica y analista de datos, Jessica Rose, dijo que, en base a los nuevos hallazgos de contaminación por plásmidos, es imposible ignorar el potencial de alteración genética de estas inyecciones.
”Dado que hay ADN en los productos inyectables de ARNm modificado de Covid-19, estos productos, según todas y cada una de las definiciones, son terapias genéticas. Incluso si este no fuera el diseño previsto, este es el resultado al que nos enfrentamos ahora mismo”.
¿Puede el ADN plásmico inyectado en el cuerpo alterar el genoma humano? La Blga. Rose dice que ya se sabe que estas inyecciones contienen mecanismos que pueden facilitar esta transformación, llamados nanopartículas lipídicas que pueden invadir nuestras células, ella la describe como “caballo de Troya”.
”Son las pequeñas burbujas de grasa que empaquetan este ARNm modificado que potencialmente tiene híbridos y otras cosas para la entrada directa a las células. Es como una entrega rápida”, dijo Rose.
Con el descubrimiento reciente del SV40, este método de entrega de ADN puede ser aún más potente.
”Los promotores de SV40 se encuentran entre los promotores más fuertes en una amplia variedad de tipos de células derivadas de diferentes especies”. Resaltó la Blga. Rose y se cuestionó, “¿Por qué no se dieron a conocer?”
Si las vacunas ARNm tuvieran la capacidad de alterar nuestro ADN, ¿No tendríamos defensas inmunitarias que pudieran protegernos contra esta influencia?
La microbióloga Sucharit Bhakdi, explicó que nuestro sistema inmunológico tiene la capacidad innata de reconocer y eliminar cualquier célula extraña. Tomemos como ejemplo, el rechazo de un trasplante de órganos. Esto ocurre porque nuestro sistema inmunológico no tolera el ADN extraño, incluso si se trata de la misma especie.
Para los fabricantes de medicamentos, las vacunas de ARNm solo programan al cuerpo para que produzca proteínas pico durante un par de días. Sin embargo, una investigación independiente demuestra que el mecanismo de producción de proteínas dura considerablemente más tiempo. (Ver: Las secuencias de la vacuna de ARNm con picos de SARS-CoV-2 circulan en la sangre hasta 28 días después de la vacunación contra el COVID-19).
A algunos expertos les preocupa que la producción de proteínas extrañas pueda tener consecuencias duraderas.
”La producción continua de cualquier proteína no propia provocará inflamación a largo plazo y daño a órganos en todo el cuerpo. Se dañarán las paredes del recipiente. El sangrado y la formación de coágulos de sangre son consecuencias inevitables”, mencionó Bhakdi durante la audiencia. “¿Quién no ha oído hablar de las misteriosas muertes cardíacas repentinas que están ocurriendo en todo el mundo? Son sólo la punta del iceberg”.
Ahora considere si la vacuna también contine plásmidos de ADN empaquetados que se entregan directamente a la célula. Para Bhakdi, una vez que estas sustancias llegan al núcleo, tienen una mayor propensión a insertarse en el ADN cromosómico, lo que desencadena el potencial de causar daños graves.
”Las posibles consecuencias son infinitas. La alteración de la red exquisitamente sintonizada que controla la división y la individuación celular puede provocar cáncer y defectos del desarrollo. Las mutaciones en los espermatozoides y los óvulos fertilizados podrían hacer que los rasgos alterados sean heredables. No existen procedimientos rentables para separar de forma fiable el ARN producido en masa de los plásmidos. Por lo tanto, se debe esperar que la contaminación de las vacunas de ARN con ADN plasmídico sea la regla y no la excepción”.